Todo plan alimentario debe contemplar cuatro comidas diarias, además de estas pequeñas ingestas de bajo valor calórico, que resultan ideales para saciar el apetito y evitar atracones. La importancia de incorporarlas como sanos hábitos.
Las colaciones en la alimentación de una persona diabética son tan importantes como el resto de las comidas porque permiten mantener un peso saludable, evitar atracones y, fundamentalmente, mantener estable el ingreso de energía (calorías) y de glucosa. Son necesarias porque:
* Proporcionan al organismo la energía que necesita, en el momento que la requiera.
* Evitan el descenso abrupto de glucosa. La insulina, como los hipoglucemiantes orales, puede provocar hipoglucemia, es decir, descenso de glucosa en sangre menor a los 70 mg/dl, si no se proporciona al organismo el alimento que necesita.
* Impiden el aumento de peso y el consumo excesivo de calorías.
* Brindan saciedad.
* Las mejores son aquellas que contemplan alimentos naturales o elaborados, tales como lácteos, frutas, verduras y cereales. Una colación ideal debe estar compuesta de: leche descremada o yogur con bajo contenido graso y libre de azúcar, frutas frescas o secas, semillas (nueces, almendras, maní sin sal, en cantidades moderadas), barras de cereal y pan (bajo en grasas, rico en fibra y libre de azúcar).
Fuente: saber vivir.
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