Por sí solo el estrés, aunque común, es desagradable. Y en combinación con ciertas condiciones, puede resultar incluso peligroso. Se ha comprobado que si padeces de diabetes, tu habilidad para manejar el estrés de la vida diaria, tiene un papel importante en el control de la enfermedad. No permitas que el estrés te domine a ti.
Según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association), el estrés es una reacción física y mental cuando se percibe un peligro. Cuando el cuerpo siente que hay una amenaza real o imaginaria, se prepara para enfrentarla aumentando algunas de sus funciones y disminuyendo otras. En cualquier caso, si esas alteraciones duran mucho, pueden ser dañinas para la salud.
El estrés es perjudicial para la salud en general, porque incita emociones negativas, afecta el proceso de analizar las cosas y tomar decisiones, alienta las conductas impulsivas y promueve hábitos nocivos, como alimentarse mal, fumar o beber. La mente, además, se recarga con preocupaciones, ansiedad o temor. Si se prolonga por mucho tiempo o se hace crónico, el estrés tiene un impacto negativo en los sistemas inmunológico, digestivo, renal y reproductivo, y aumenta el riesgo de depresión.
En relación con la diabetes, de acuerdo al Dr Richard Hellman, presidente pasado de la American Association of Clinical Endocrinologists, es un mito que el nivel de azúcar alto se deba siempre a la alimentación. También existen otros factores que contribuyen a que se eleve, y el estrés es uno de ellos.
Por eso, si además de estrés tienes diabetes, las cosas se complican. El estrés se convierte en una barrera para el control efectivo de la glucosa, y por ende un riesgo para la salud en general. Cuando se sufre de estrés, el cuerpo trabaja tiempo extra para ayudarte a manejar la situación. Para lograr eso, tiende a liberar ciertas hormonas, que te dan energía y te ayudan a mantenerte concentrado.
Fuente: Vida y Salud.
Gráfico: elvocerodigital.com
Según la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association), el estrés es una reacción física y mental cuando se percibe un peligro. Cuando el cuerpo siente que hay una amenaza real o imaginaria, se prepara para enfrentarla aumentando algunas de sus funciones y disminuyendo otras. En cualquier caso, si esas alteraciones duran mucho, pueden ser dañinas para la salud.
El estrés es perjudicial para la salud en general, porque incita emociones negativas, afecta el proceso de analizar las cosas y tomar decisiones, alienta las conductas impulsivas y promueve hábitos nocivos, como alimentarse mal, fumar o beber. La mente, además, se recarga con preocupaciones, ansiedad o temor. Si se prolonga por mucho tiempo o se hace crónico, el estrés tiene un impacto negativo en los sistemas inmunológico, digestivo, renal y reproductivo, y aumenta el riesgo de depresión.
En relación con la diabetes, de acuerdo al Dr Richard Hellman, presidente pasado de la American Association of Clinical Endocrinologists, es un mito que el nivel de azúcar alto se deba siempre a la alimentación. También existen otros factores que contribuyen a que se eleve, y el estrés es uno de ellos.
Por eso, si además de estrés tienes diabetes, las cosas se complican. El estrés se convierte en una barrera para el control efectivo de la glucosa, y por ende un riesgo para la salud en general. Cuando se sufre de estrés, el cuerpo trabaja tiempo extra para ayudarte a manejar la situación. Para lograr eso, tiende a liberar ciertas hormonas, que te dan energía y te ayudan a mantenerte concentrado.
Fuente: Vida y Salud.
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