Las personas que padecen diabetes tienen la necesidad de realizar dieta, lo cual significa, ni más ni menos, que deben comer comidas sanas, aportando a su organismo la mayor cantidad de alimentos ricos en fibras y tratando de evitar las grasas y los azúcares. Teniendo presente y cumpliendo estrictamente el plan alimentario determinado por su médico y/o nutricionista.
¿ Cómo actúa la diabetes?.
La falta de insulina en el organismo hace que los hidratos de carbono y grasas que se consumen en exceso, se transformen en glucosa (azúcar), lo cual aumenta su nivel en la sangre, ya que el cuerpo es incapaz de transformar esta glucosa en energía. El organismo, además, continúa creando glucosa intentando subsanar esta carencia energética.
El nivel normal de azúcar en la sangre de personas sanas (en ayunas) es de 100 mg, por cada 100 ml, de sangre. Cuando este nivel supera los 160 mg, los riñones empiezan a eliminar, por la orina el exceso de glucosa.
El agua eliminada del cuerpo produce sensación de sed y la glucosa faltante, que el organismo necesita, hace que se vayan agotando las reservas de azúcar en el hígado y en el tejido graso, trayendo como consecuencia perdida de peso y cansancio.
El sistema inmunológico de los diabéticos no funciona correctamente por lo que suelen ser propensos a contraer otras enfermedades como hipertensión, problemas con los niveles de colesterol, problemas cardiácos, problemas renales, en la visión y en las piernas. Debido a que resulta imprescindible estar sometido a un control estricto, ya que la diabetes, si bien es incurable, puede retrasarse.
El tratamiento más conveniente, será determinado por el médico en función de la edad, el grado de la enfermedad, el peso corporal, el ejercicio físico que se realice y el estado general de cada paciente.
Fuente de consulta: Diabéticos, año 1 nro 2.
¿ Cómo actúa la diabetes?.
La falta de insulina en el organismo hace que los hidratos de carbono y grasas que se consumen en exceso, se transformen en glucosa (azúcar), lo cual aumenta su nivel en la sangre, ya que el cuerpo es incapaz de transformar esta glucosa en energía. El organismo, además, continúa creando glucosa intentando subsanar esta carencia energética.
El nivel normal de azúcar en la sangre de personas sanas (en ayunas) es de 100 mg, por cada 100 ml, de sangre. Cuando este nivel supera los 160 mg, los riñones empiezan a eliminar, por la orina el exceso de glucosa.
El agua eliminada del cuerpo produce sensación de sed y la glucosa faltante, que el organismo necesita, hace que se vayan agotando las reservas de azúcar en el hígado y en el tejido graso, trayendo como consecuencia perdida de peso y cansancio.
El sistema inmunológico de los diabéticos no funciona correctamente por lo que suelen ser propensos a contraer otras enfermedades como hipertensión, problemas con los niveles de colesterol, problemas cardiácos, problemas renales, en la visión y en las piernas. Debido a que resulta imprescindible estar sometido a un control estricto, ya que la diabetes, si bien es incurable, puede retrasarse.
El tratamiento más conveniente, será determinado por el médico en función de la edad, el grado de la enfermedad, el peso corporal, el ejercicio físico que se realice y el estado general de cada paciente.
Fuente de consulta: Diabéticos, año 1 nro 2.