domingo, 20 de enero de 2013

Cuando se combinan la diabetes, otras condiciones médicas y la tercera edad (2da parte).

Dolor crónico.

El dolor causado por mala circulación (enfermedad arterial periférica, por ejemplo) o daño nervioso puede ser producto de la diabetes. Si notas que estás padeciendo de mucho dolor, consulta de inmediato a tu médico, especialmente si notas que el dolor interfiere con tu rutina diaria. Controlar el dolor es muy im portante porque es fundamental que trates de realizar algún tipo de ejercicio para mantener a raya tus niveles de glucosa en la sangre y para estimular la circulación.


Problemas con la movilidad.

Unas encuestas del national health and nutrition and examination indican que las personas con diabetes son de dos a tres veces más propensos que otras personas a ser incapaces de caminar 400 metros (unos 1312 pies), de hacer las tareas domésticas, de preparar las comidas, o de manejar su dinero. También es un hecho que las mujeres con diabetes están más propensas a fracturarse la cadera.

Es importante que converses con tu familia sobre estos riesgos y que cuentes con elementos de apoyo (bastón, caminador, etc.) a la hora de movilizarte. También resulta importantísimo que tu casa se mantenga bien iluminada y ordenada para evitar cualquier tropiezo.

La pérdida de control de la vejiga (incontinencia urinaria)

"Las mujeres mayores que son diabéticas tienen un mayor riesgo de padecer de incontinencia urinaria, que es una condición común entre las mujeres de la tercera edad", indica healthinging.org. La entidad calcula que "existen métodos simples para manejar la incontinencia". Por lo que cualquier paciente en la tercera edad que sufra de diabetes debe de consultar con su médico sobre las posibles soluciones para este problema.

Depresión.

Según algunos estudios, la depresión en las personas de la tercera edad con diabetes alcanza a un 10-20 % de los pacientes.

Si tus hábitos cuando se trata de dormir han variado últimamente, si tienes dificultad para concentrarte, si te sientes muy cansado, has sufrido pérdida o aumento de apetito, o simplemente has perdido el entusiasmo por las cosas que antes te gustaban, habla con tu médico. Seguramente juntos pueden encontrar un tratamiento que te ayude a sentirte mejor, a mejorar tu estado de ánimo y a dormir mejor.
Fuente: Vida y Salud.

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