Pancreatitis crónica.
A diferencia del caso anterior, el daño del páncreas es permanente, tanto en su anatomía como en sus funciones. Generalmente las principales causas que originan la pancreatitis crónica son las enfermedades de la vesícula biliar y el alcohol y en un segundo plano: fibrosis quística, hipercalcemia, hiperlipidemia, trastornos autoinmunes, además del consumo de ciertos fármacos.
Clínicamente se caracteriza por un dolor abdominal crónico o persistente que puede o no acompañarse de un incremento de las enzimas pancreáticas. Otras manifestaciones son: náuseas, vómitos, fiebre, estreñimiento, pérdida de peso, esteatorrea (exceso de grasa en las heces), ictericia obstructiva, formación de pseudoquistes crónicos, incluso sangrado gastrointestinal.
Su pronóstico es incierto, es una enfermedad lenta pero progresiva en la cual los pacientes tienen una esperanza de vida por debajo de la población general y suelen morir por efectos del alcohol, cáncer de páncreas o asociado o cirrosis hepática, incluso por complicaciones propias de la pancreatitis o tras posibles cirugías. Cuando la causas es el alcohol, su abandono si bien no hace desaparecer la pancreatitis, mejora notablemente sus síntomas y su pronóstico. Básicamente su tratamiento consiste en control del dolor, suprimir el consumo de alcohol y tomar suplementos de enzimas pancreáticas.
Dieta:
* Reducir las grasas de las comidas, especialmente la yema de huevo, quesos, leche, grasas animales como la manteca y los fritos.
* Evitar las comidas abundantes.
* Aumentar el consumo de frutas.
Consumir siempre como primer plato verduras y hortalizas crudas o en ensaladas y como segundo plato, papas, arroz integral, pescado blanco, pan y pasta integral.
* Las proteínas deben representar aproximadamente el 25 % del valor calórico total, mientras que los hidratos de carbono deberán contemplar el 60 %.
* Estan permitidos los lácteos descremados, carnes magras (pechuga de pollo, pescado y carne de ternera sin grasa), huevos (solo la clara) y cereales.
* Eliminar el alcohol.
Fuente: Rev Saber Vivir.
A diferencia del caso anterior, el daño del páncreas es permanente, tanto en su anatomía como en sus funciones. Generalmente las principales causas que originan la pancreatitis crónica son las enfermedades de la vesícula biliar y el alcohol y en un segundo plano: fibrosis quística, hipercalcemia, hiperlipidemia, trastornos autoinmunes, además del consumo de ciertos fármacos.
Clínicamente se caracteriza por un dolor abdominal crónico o persistente que puede o no acompañarse de un incremento de las enzimas pancreáticas. Otras manifestaciones son: náuseas, vómitos, fiebre, estreñimiento, pérdida de peso, esteatorrea (exceso de grasa en las heces), ictericia obstructiva, formación de pseudoquistes crónicos, incluso sangrado gastrointestinal.
Su pronóstico es incierto, es una enfermedad lenta pero progresiva en la cual los pacientes tienen una esperanza de vida por debajo de la población general y suelen morir por efectos del alcohol, cáncer de páncreas o asociado o cirrosis hepática, incluso por complicaciones propias de la pancreatitis o tras posibles cirugías. Cuando la causas es el alcohol, su abandono si bien no hace desaparecer la pancreatitis, mejora notablemente sus síntomas y su pronóstico. Básicamente su tratamiento consiste en control del dolor, suprimir el consumo de alcohol y tomar suplementos de enzimas pancreáticas.
Dieta:
* Reducir las grasas de las comidas, especialmente la yema de huevo, quesos, leche, grasas animales como la manteca y los fritos.
* Evitar las comidas abundantes.
* Aumentar el consumo de frutas.
Consumir siempre como primer plato verduras y hortalizas crudas o en ensaladas y como segundo plato, papas, arroz integral, pescado blanco, pan y pasta integral.
* Las proteínas deben representar aproximadamente el 25 % del valor calórico total, mientras que los hidratos de carbono deberán contemplar el 60 %.
* Estan permitidos los lácteos descremados, carnes magras (pechuga de pollo, pescado y carne de ternera sin grasa), huevos (solo la clara) y cereales.
* Eliminar el alcohol.
Fuente: Rev Saber Vivir.
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