viernes, 28 de diciembre de 2012

Medicamento común para la diabetes podria tratar el cáncer de ovario.

Las pacientes diabéticas con cáncer de ovario que toman metformina para la diabetes tienen mayor tasa de supervivencia que quienes no toman el medicamento, revela un estudio dirigido por Mayo Clinic.
La metformina es un medicamento ampliamente recetado en el tratamiento de la diabetes y sobre el que las investigaciones anteriores de otros científicos mostraron que tenía potencial para tratar el cáncer. 

 Los científicos compararon la supervivencia de 61 pacientes con cáncer de ovario que tomaban metformina con la de 178 pacientes qu no tomaban ese medicamento. El 67 por ciento de las pacientes que tomaban metformina sobrevivía más de cinco años, frente a 47 por ciento de quienes no tomaban el fármaco. Después de analizar algunos factores, tales como el índice de masa corporal de las pacientes, la gravedad del cáncer, el tipo de quimioterapia y la calidad de la cirugía, los científicos descubrieron que la probabilidad de sobrevivir el cáncer prácticamente se cuadriplicaba en las pacientes que tomaban metformina, a diferencia de quienes no la tomaban.

"El estudio demostró mejor supervivencia entre las mujeres con cáncer de ovario que tomaban metformina", comenta el coautor del estudio, Dr Sanjeev Kumar, fellow de oncología ginecológica en Mayo Clinic. " los resultados son esperanzadores, pero igual que en todo estudio retrospectivo, existen varios factores que no se pueden controlar e impiden decir si hay una relación directa entre la causa y el efecto. En realidad, lo que esto aporta es más evidencia humana sobre los posibles efectos beneficiosos de un fármaco común que es relativamente inocuo para los seres humanos. Estos resultados estimularán la realización de posibles ensayos clínicos sobre el cáncer de ovario".

Los científicos dicen que los resultados pueden abrir el camino para usar la metformina en ensayos aleatorios a gran escala sobre el cáncer de ovario. Dada la alta tasa de mortalidad del cáncer de ovario, los científicos dicen que es inmensa la necesidad de desarrollar nuevas terapias para ese cáncer. La metformina podría ser una de esas alternativas.
Fuente: Vida y Salud.

martes, 25 de diciembre de 2012

Trastornos del sueño

Todo diabético sabe que "las cosas no andan bien" cuando por la noche se despierta muchas veces con deseos de orinar y de beber. Pero no es la intención referirme a los trastornos o perturbaciones del sueño que provoca la diabetes cuando se encuentra descompensada, sino a ciertos trastornos del sueño que pueden presentarse o anticipar la aparición de diabetes.


Quienes alertaron sobre este tema fueron, entre otros, un grupo de expertos de la Universidad de Sydney (Australia)  quienes en un encuentro internacional plantearon el hecho de que los ronquidos pueden vincularse con trastornos tales como la apnea del sueño y la existencia de diabetes tipo 2, particularmente en las mujeres. Este planteamiento se efectuó en el marco de una reunión de trabajo organizada por la Internacional Diabetes Federation (IDF), entidad que congrega a expertos de todos los países del mundo. En el pasado se consideraba que la apnea del sueño (interrupción momentánea de la respiración durante el sueño) era una entidad casi exclusiva de los varones, pero en la actualidad el interés de los investigadores se focaliza en las mujeres que pueden experimentar aunque de manera menos notoria.

Se ha establecido que quienes sufren apnea de sueño tienden a presentar ciertos factores de riesgo vinculados con el síndrome metabólico y la diabetes. Uno de ellos es la obesidad, que acompaña en la mayoría de los casos a la diabetes tipo 2.
Fuente: Rev Diabetes. 


domingo, 23 de diciembre de 2012

Adolescentes con diabetes: cómo hacer para no ser diferentes (parte 4)

Cambios en los pensamiento.  

El cambio que se produce en la forma de pensar, de analizar y de entender la vida es un punto muy importante a tener en cuenta cuando se tiene diabetes. En esta etapa el pensamiento se vuelve más abstracto, con capacidad para razonar y hacer hipótesis sobre cosas que antes carecían de importancia.


Es durante la adolescencia cuando se empieza a entender a la diabetes como una enfermedad crónica y las posibles complicaciones a largo plazo. También se empieza a filosofar sobre algunos aspectos de la enfermedad y se hace preguntas como: ¿porqué a mí?, ¿que será de mi futuro?, ¿porqué no puedo ser igual a los demás? y se manifiestan emociones encontradas. Por un lado, de miedo por lo que pueda pasar y rebeldía por lo que está pasando y por otro lado, la invulnerabilidad (a mi no me va a pasar nada) y seguridad. Todos estos planteos forman parte del proceso de asimilación y potencia las respuestas de rebeldía y los cambios de humor típicos de la edad como muestra de inconformismo.

Adaptarse a vivir con una enfermedad crónica exige tiempo, paciencia, apoyo y ganas de aprender y de participar en el cuidado de la propia salud. Las personas que se tienen que enfrentar a estos retos descubren en ellas una capacidad de adaptación y una resistencia que no imaginaban que pudieran tener. Desarrollan su autoconocimiento y autonomía y crecen como personas, adoptando un papel activo en el cuidado de su salud.

Además es importante trasmitirle a los jóvenes que la diabetes es una circunstancia más entre las que habrá en la vida; es importante tenerla en cuenta, pero es diferente vivir con diabetes, que vivir para la diabetes. Hay muchas cosas más en la vida. lo importante es que la enfermedad no dificulte la evolución normal del adolescente, aceptando la enfermedad de manera responsable para poder lograr una buena calidad de vida.
Fuente: Rev Diabetes.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Adolescentes con diabetes: cómo hacer para no ser diferente (parte 2).

Actitudes rebeldes y desafiantes.  

Incluso aquellos adolescentes que convivieron bien con su enfermedad durante la infancia pueden sentir el deseo de llevar una vida normal, sin tratamientos ni limitaciones. Esta es una reacción completamente normal. Algunos adolescentes que han aprendido a controlar su enfermedad se sienten tan sanos que se llegan a cuestionar si necesitan continuar con el tratamiento.

No hay ninguna duda de que la adolescencia puede resultar mucho más difícil cuando se tiene que hacer frente a un problema de salud crónico. Aparte de las presiones sociales por "encajar" y ser aceptado por el grupo de pares, éste es un período de aprendizaje sobre el cuerpo. Es comprensible que, de vez en cuando, un adolescente sienta que no pueda más y que está harto de tener que vivir con la diabetes. No obstante, es muy importante hacerle entender la importancia de continuar con el tratamiento con el objetivo de evitar posteriores complicaciones.



Relación con los pares.  

La separación progresiva de los padres se acompaña con la identificación integración en un grupo de amigos y compañeros. El que un adolescente forme parte de un grupo, o de otro, está en función de los intereses comunes, de las semejanzas en formas de pensar, comportamiento y maneras de entender la vida.

En esa búsqueda de puntos en común la diabetes puede ser entendida como algo disonante, como una característica que en lugar de unir diferencia al adolescente de los demás. Pero no sólo eso: el tratamiento de la diabetes conlleva una serie de cuidados que normalmente no forman parte del quehacer diario de los jóvenes. Esto puede dificultar la integración en el grupo y puede hacer que chicos y chicas con diabetes oculten su enfermedad por miedo al "que dirán". En ese afán de ser iguales a los demás pueden llegar a no inyectarse insulina para que no los vean o tener comportamientos extremos para que no los señalen como enfermos o minusválidos (fumar, beber alcohol en exceso, etc). También comienza el interés por la elección de una pareja y la diabetes puede ser una fuente de estrés y pensamientos del tipo "quien me va a querer a mi con lo que tengo" o "tendré que ocultarlo o nadie me querrá", etc.

En el grupo de iguales es donde existe una mayor presión social para llevar a cabo conductas inapropiadas para la enfermedad y va a ser decisiva la capacidad de los adolescentes para desenvolverse en esas situaciones: ser capaces de decir "no", ser asertivos, congruentes con sus comportamientos, resistir a las presiones, etc.

Normalmente la respuesta del grupo suele ser buena y depende mucho de la actitud que tome el joven a la hora de exponer y explicar lo que le ocurre.
Fuente: Rev Diabetes.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Adolescentes con diabetes: cómo hacer para no ser diferentes (2da parte).

Búsqueda de independencia.  

A medida que se distancia de los padres, el adolescente se acerca al grupo de pares. La necesidad de asemejarse a sus pares y evitar toda característica que lo pueda diferenciar de ellos, es fundamental. Dependiendo de la actitud del grupo de amigos, un adolescente puede manejar su tratamiento de mejor o peor forma. 


Hay grupos que adaptan sus actividades a las necesidades del adolescente diabético, con aceptación y empatía, favoreciendo su integración; lo cual se asocia, a su vez, a una mejor adherencia al tratamiento. Mientras que cuando el tratamiento implica un cambio en los hábitos de vida, que lo diferencia demasiado de los pares, se generan conductas de riesgo para la salud. Sin embargo, un apoyo demasiado intenso también puede producir una sensación de estrés y agobio en el joven. Esto sucede, sobre todo, en las familias sobreprotectoras y autoritarias que provocan comportamientos en los hijos como la angustia, la inseguridad y la dependencia.

El papel de los padres y su forma de afrontar la enfermedad de su hijo son tan importantes que de ello depende, en gran medida, la respuesta del adolescente al tratamiento. Un elevado porcentaje de los problemas e inquietudes paternales sobre los hijos. Es por eso que un clima familiar positivo y una expectativa positiva de los padres respecto a la eficacia de los controles, se encuentran asociados a una mejor adherencia del adolescente al tratamiento.


Otro factor importante es la percepción que los padres tienen de la posible independencia de sus hijos. Es importante fomentar la autonomía en el manejo de la enfermedad, involucrándose al joven de forma activa en el cuidado de su salud, apoyado y estimulado por su grupo familiar, pero desde una actitud de acompañamiento y evitando la sobreprotección.

Fuente: Rev Diabetes.

martes, 11 de diciembre de 2012

Diabetes en los niños: a mayor compromiso familiar, mejor calidad de vida (parte 2).

¿En que consiste el tratamiento y quienes intervienen?

La diabetes tipo 1 es una enfermedad crónica y como tal, existe un modelo de tratamiento que tiende a que el paciente se pueda manejar en forma autónoma. En el caso de los niños, esto se logra en forma paulatina para que, a medida, que va creciendo sea cada vez más autosuficiente. Hay que tener en cuenta que diariamente se realizan entre 4 y 6 controles de sangre y hasta 6 aplicaciones (inyecciones) de insulinas. Por esta razón, antes de los 6 años intervienen en el tratamiento el niño y la familia: durante el ciclo de la escuela primaria (6 a 12 años) el niño, la familia, la escuela y el grupo social. Es muy importante que estén involucrados todos los ámbitos en donde el chico se mueve.



¿Que especialidad médica es la responsable del tratamiento?

En el tratamiento de la diabetes infantil se trabaja con equipos multidisciplinarios (médicos, nutricionistas, enfermeros, psicólogos, educadores y asistentes sociales). Los profesionales que intervienen tienen que tener si o si una formación pediátrica y luego tener una especialización en diabetes.

¿Cómo es, hoy en día, la calidad de vida de un niño con diabetes y cuál es su pronóstico para el futuro?.

La calidad de vida va a depender enormemente de la capacidad de la familia de aceptar la enfermedad e incorporar el tratamiento a la vida cotidiana. Si este objetivo se logra, el niño va a tener una muy buena calidad de vida. Hay chicos diabéticos que hacen una vida completamente normal y cuando logran aceptar y cumplir con las directivas medicas se convierten en adolescentes y adultos muy fuertes por su capacidad de autosuperación. Por otro lado, en el caso de las familias que no pueden aceptar la enfermedad, la calidad de vida del niño es complicada porque los chicos se revelan al tratamiento porque no cuentan con la compañía ni la contención de los padres.
Fuente de consulta: Rev Diabetes.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Diabetes en los niños: a mayor compromiso familiar, mejor calidad de vida (parte 1)

¿Cuales son las causas o "disparadores" de la diabetes en los niños?

Esta enfermedad aparece en niños que nacen con una predisposición genética a padecer una enfermedad autoinmune ante un órgano propio, en el caso de la diabetes, son las células Beta del páncreas que, cuando se dañan, segregan menos insulina y por eso, es necesario administrarla en forma artificial. Esta respuesta autoinmune puede ser desencadenada por varios factores: alimentarios, (proteínas de la leche, cereales que se dan en forma temprana, etc), viral, falta de vitamina D y emocional, entre otros, sin embargo, ninguno esta demostrado en forma fehaciente. También se postula que no hay un solo agente disparador de la enfermedad, sino que, en algunos casos, se suman varios.


¿El estrés puede ser una de las causas? 

Un estrés psicológico puede precipitar el comienzo de la diabetes, pero no puede ser la causa del daño autoinmune. Se puede decir que es un desencadenante, pero no la causante de la enfermedad.

¿Cual es el primer impacto de la familia ante la noticia de que uno de sus hijos tiene diabetes?.  

En general, es una noticia que causa mucho desconcierto en la familia y se vive como una situación muy dramática. No hay que olvidar que la diabetes es una enfermedad crónica y en el caso de los niños, el 93 % va a requerir insulina durante toda la vida. Los padres, de un día para el otro, pasan de tener un hijo sano, a tener un chico que va a depender de la insulina de por vida. A esta situación a la que se enfrenta la familia se la llama "el duelo a la salud" y el futuro de la salud de ese niño va a depender de cómo lo pueden elaborar sus padres. Se podría decir que la familia pasa por varias etapas ante la noticia: primero se presenta el desconcierto, luego llega la depresión y finalmente hay una aceptación. En esta última  instancia, de la mano de la información, el apoyo de los profesionales y la contención del entorno, las familias se rearman y se comprometen con el tratamiento que es lo único que le va a permitir al chico tener una buena calidad de vida.

¿Que ocurre cuando se da este proceso en la familia?

Cuando los padres no aceptan la enfermedad, a los chicos les cuesta mucho la aceptación y se resisten al tratamiento.

¿Cual es el rol que debe asumir la familia tanto desde el punto de vista asistencial como psicológico?.

La familia lo es todo. Sin el apoyo y la contención de todo el núcleo familiar el tratamiento se hace muy cuesta arriba. Hay que pensar que hablamos de niños a los que hay que explicarles que tienen una enfermedad que no tiene cura y que para tratarla se deben cuidar con las comidas y pincharse varias veces por día. Eso no se puede lograr sin padres y hermanos realmente comprometidos.
Fuente: Rev Diabetes.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ejercicios Físicos: una opción saludable en el control de la diabetes (parte 2)

¿Hay deportes más recomendados que otros? ¿Cuales?.   

Si bien las actividades aeróbicas son las más recomendadas para un mejor control de la glucemia, los trabajos de fuerza no están contraindicados. En cuanto a los deportes de contacto como el boxeo, el rugby, el judo y el karate se pueden practicar una vez evaluados muy cuidadosamente los riesgos involucrados (posibles daños en la retina u otras lesiones) y después de un adecuado chequeo medico.

¿Que cuidados alimentarios deben tener en relación a la actividad física?. 

Es importante lograr un adecuado estado de nutrición en base a una dieta completa en energía y especialmente determinando el tipo de hidratos de carbono necesarios para hacer frente a las demandas del entrenamiento manteniendo el control metabólico

Es crucial manejar la alimentación estratégicamente. Esto es elegir las fuentes de carbohidratos más apropiadas para consumir antes y después de la actividad física, especialmente si se trata de eventos de resistencia. Y en algunos casos, además planificar las colaciones intracompetencia para que el deportista tenga los aportes necesarios para mantener su glucosa nivelada y poder hacer frente al desgaste de energía propio de la actividad que desempeña. Este control de alimentación se realiza conjuntamente con la dosis de insulina indicada.

La hidratación es otro punto muy importante a tener en cuenta para cualquier persona que realiza actividad física. Siempre se recomienda beber agua antes, durante y después de hacer una rutina deportiva.

¿Los niños con diabetes pueden participar normalmente en una clase de educación física?. 

Si la diabetes está adecuadamente controlada, no sólo pueden sino que debe realizar su actividad física. De ninguna manera,  hay que excluirlos de una clase haciéndolos sentir distintos o "enfermos". Ellos pueden realizar la misma rutina que sus compañeros, sólo que deben controlar su glucemia antes de comenzar la actividad.

Los niños diabéticos generalmente, padecen la diabetes tipo 1 (insulino-dependiente) y el control estará dado especialmente por la dosis de insulina a utilizar. En estos casos, sus maestros deben estar bien informados y entrenados para detectar una posible hipoglucemia y saber como actuar en esos casos.
Fuente: Rev Diabetes.

martes, 4 de diciembre de 2012

Ejeercicios Físicos: una opción saludable en el control de la diabetes (parte 1)

¿Las personas con diabetes pueden hacer actividad física o tienen algunas limitaciones?

La actividad física es esencial en el tratamiento de la diabetes porque ayuda a mantener el control del nivel de azúcar en sangre y es una buena forma de perder o mantener el peso corporal. También, en muchos casos, reduce o elimina la necesidad de la utilización de insulina u otra medicación. Además disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, permite controlar la tensión arterial y los lípidos sanguíneos, reduce el estrés  y provee una gran sensación de bienestar. La actividad física es uno de los pilares del tratamiento para controlar la diabetes y tener una mejor calidad de vida.


¿Que cuidados deben tener para poder entrenar?. 

La persona con diabetes tiene que consultar a su médico de cabecera antes de comenzar un programa de ejercicio físico para que le haga un chequeo de rutina (que lo deberían hacer todas las personas que comienzan una actividad física) y le brinde recomendaciones particulares. Luego, debe seleccionar junto con el entrenador o profesor actividades que le resulten agradables para que el deporte o actividad no sean algo pasajero sino que perdure con los años.

¿Y en el momento del entrenamiento? 

Tiene que controlar el azúcar en sangre antes y después de la práctica de actividad física, utilizar el calzado adecuado en cuanto a tamaño y calidad para que no se produzcan lesiones en los pies, evitar el tabaco (sobre todo 2 horas antes de comenzar el entrenamiento), no subestimar las heridas y consultar de inmediato y no automedicarse. También es importante que aprenda a manejar situaciones de hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en sangre) y se mantenga bien hidratado.

¿Pueden llegar a participar en competencias de alto rendimiento?. 

Por supuesto que si. Con el adecuado conocimiento, planificación, entrenamiento y estrategias para el manejo de la dieta y la insulina, la persona que padece una diabetes sin complicaciones puede involucrarse en niveles deportivos competitivos. Muestra de ello, es la existencia de numerosos atletas olímpicos que padecen diabetes.

En los deportes de alto rendimiento, el manejo de las ingestas/insulina en relación a horarios, volumen e intensidad de entrenamientos y la planificación de competencia, tiempos de espera, etc, son fundamentales en el atleta diabético, tanto para optimizar su rendimiento, como para prevenir complicaciones.
Fuente: Dra Patricia Sangenis - Rev Diabetes.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Frutas y verduras: las que aportan menos azúcar.

Para la persona con diabetes es fundamental conocer la dieta que debe seguir, ya que de ella depende el control de su enfermedad. Las frutas y las verduras son muy recomendables por su aporte de vitaminas, de fibras y de minerales, sin embargo no se las puede comer libremente porque contienen azúcar. Razón por la cual hay algunas que se pueden comer más y otras menos.


Los beneficios de las frutas y las verduras.

Además de las restricciones en cuanto al uso del azúcar se refiere, también es importante que la persona con diabetes mantenga un peso cercano al ideal, ya que la obesidad está relacionada directamente con la presencia de glucosa elevada en sangre; es decir, mientras más peso haya, mas será la necesidad del cuerpo de consumir azúcar, por lo que las dietas deben estar encaminadas a controlar la glucemia, el peso y una buena nutrición. Y, como ya se sabe, la mejor fórmula para mantener el peso es incluir en el menú gran cantidad de verduras y frutas. Sin embargo en el caso de los diabéticos, esta inclusión se debe hacer con ciertas restricciones que no son iguales para las verduras que para las frutas.

Las frutas.

Si bien las frutas no están del todo prohibidas, ya que son indispensables para el buen funcionamiento del sistema nervioso y para la obtención de energía, vitaminas, minerales y fibra, tampoco se las puede comer con total libertad. El punto está en cuando comerlas y en que cantidades; la fruta entera, por ejemplo, satisface más que el jugo, lo que se convierte en una excelente opción para aquellos que necesitan perder peso. De esta forma el consumo de fruta puede combinarse, y algo muy importante: lo mejor es comerlas frescas y nunca con azúcar agregada.

Los vegetales. 

Con respecto a los vegetales, sucede lo mismo que con las frutas: si bien son saludables y aportan numerosos nutrientes al organismo, su consumo debe estar medido. La recomendación general es aumentar la ingesta de vegetales de colores intensos como el brócoli, la espinaca, la zanahoria y el morrón ya que estos son ricos en antioxidantes que ayudan a prevenir los daños causados a los pequeños vasos sanguíneos de los ojos. Además, también se los divide en grupos de acuerdo a su composición química y en estos casos, la recomendación indica que los vegetales del tipo "A" se puede comer libremente ya que prácticamente no poseen hidratos de carbono; los del tipo "B" se pueden ingerir una vez por día y los del tipo "C" solo 2 a 3 veces por semana según la indicación médica y nutricional.

Vegetales tipo "A":  acelga, achicoria, ají, alfalfa, apio, berenjenas, berro, brócoli, coliflor, escarola, espárragos, espinacas, hinojos, hongos, lechuga, pepino, rabanito, repollo, tomate, zapallitos, repollo colorado o blanco y repollitos de bruselas.

Vegetales tipo "B":  alcaucil, arbejas, calabaza, cebolla de verdeo, chauchas, nabos, palmitos, puerro, remolacha, zanahoria y brotes de soja.

Vegetales tipo "C": papa, batata, choclo, mandioca. Estas verduras, por su alto contenido en almidones deben ser consumidas con moderación porque son ricas en hidratos de carbono.
Fuente de consulta: Rev Diabetes.