miércoles, 19 de diciembre de 2012

Adolescentes con diabetes: cómo hacer para no ser diferentes (2da parte).

Búsqueda de independencia.  

A medida que se distancia de los padres, el adolescente se acerca al grupo de pares. La necesidad de asemejarse a sus pares y evitar toda característica que lo pueda diferenciar de ellos, es fundamental. Dependiendo de la actitud del grupo de amigos, un adolescente puede manejar su tratamiento de mejor o peor forma. 


Hay grupos que adaptan sus actividades a las necesidades del adolescente diabético, con aceptación y empatía, favoreciendo su integración; lo cual se asocia, a su vez, a una mejor adherencia al tratamiento. Mientras que cuando el tratamiento implica un cambio en los hábitos de vida, que lo diferencia demasiado de los pares, se generan conductas de riesgo para la salud. Sin embargo, un apoyo demasiado intenso también puede producir una sensación de estrés y agobio en el joven. Esto sucede, sobre todo, en las familias sobreprotectoras y autoritarias que provocan comportamientos en los hijos como la angustia, la inseguridad y la dependencia.

El papel de los padres y su forma de afrontar la enfermedad de su hijo son tan importantes que de ello depende, en gran medida, la respuesta del adolescente al tratamiento. Un elevado porcentaje de los problemas e inquietudes paternales sobre los hijos. Es por eso que un clima familiar positivo y una expectativa positiva de los padres respecto a la eficacia de los controles, se encuentran asociados a una mejor adherencia del adolescente al tratamiento.


Otro factor importante es la percepción que los padres tienen de la posible independencia de sus hijos. Es importante fomentar la autonomía en el manejo de la enfermedad, involucrándose al joven de forma activa en el cuidado de su salud, apoyado y estimulado por su grupo familiar, pero desde una actitud de acompañamiento y evitando la sobreprotección.

Fuente: Rev Diabetes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario