¿Cómo se aborda el tema desde el punto de vista psicológico?: la adherencia al tratamiento combinan aspectos voluntarios, es decir, que no alcanza con "saber sobre la enfermedad" sino que se requiere la voluntad de llevar a cabo acciones tendientes a modificar hábitos a fin de mejorar la calidad de vida. Este es un proceso que lleva tiempo y cada persona transita en forma individual.
¿Qué papel juega la autoconfianza y la motivación?: son fundamentales. Cuando el paciente logra tener confianza en su capacidad de adaptación y cambio, se podría decir que se está llegando a la meta. Es importante motivar a los pacientes a asumir esta clase de desafíos, desde la participación activa y el compromiso. La motivación, no es una cualidad inmutable sino que se transforma en un recurso psicológico, que se puede incrementar, a medida que la persona va tomando conciencia de su problema.
El apoyo psicológico es importante, porque ayuda a los pacientes a afrontar dificultades frente al cumplimiento del plan alimentario, a los temores en la administración de insulina, la negación para adherirse a las indicaciones médicas y desajustes emocionales, como; miedos, fobias, ansiedad, depresión, retraimiento y baja autoestima.
Terapias grupales e individuales.
El abordaje grupal presenta particularidades que no existen en la consulta individual, además del apoyo social que supone participar en un grupo en donde los otros integrantes se encuentran en la misma situación, la identificación que se produce y los lazos de solidaridad y la sensación de pertenencia son fenómenos que se producen en los encuentros grupales.
¿Cuáles son sus beneficios?.
El trabajo en grupo favorece el proceso de informar y orientar sobre la enfermedad, creando un espacio de reflexión, además de propiciar el establecimiento de un vínculo afectivo entre el paciente, su grupo familiar y los profesionales de la salud. El funcionamiento grupal tiene como ventaja: educar a un mayor número de pacientes en un tiempo reducido, potenciar las actitudes individuales y realizar un intercambio de experiencias y vivencias, a través del diálogo y compartiendo nuevas propuestas frente a los diversos problemas que plantea la enfermedad. El grupo funciona como soporte psicológico para afrontar las vicisitudes que el tratamiento demanda, promoviendo una mayor aceptación de la diabetes y una actitud de mayor aprovechamiento de los conocimientos fortalecidos por los demás integrantes que participan de los encuentros.
Fuente: Rev Diabetes.
¿Qué papel juega la autoconfianza y la motivación?: son fundamentales. Cuando el paciente logra tener confianza en su capacidad de adaptación y cambio, se podría decir que se está llegando a la meta. Es importante motivar a los pacientes a asumir esta clase de desafíos, desde la participación activa y el compromiso. La motivación, no es una cualidad inmutable sino que se transforma en un recurso psicológico, que se puede incrementar, a medida que la persona va tomando conciencia de su problema.
El apoyo psicológico es importante, porque ayuda a los pacientes a afrontar dificultades frente al cumplimiento del plan alimentario, a los temores en la administración de insulina, la negación para adherirse a las indicaciones médicas y desajustes emocionales, como; miedos, fobias, ansiedad, depresión, retraimiento y baja autoestima.
Terapias grupales e individuales.
El abordaje grupal presenta particularidades que no existen en la consulta individual, además del apoyo social que supone participar en un grupo en donde los otros integrantes se encuentran en la misma situación, la identificación que se produce y los lazos de solidaridad y la sensación de pertenencia son fenómenos que se producen en los encuentros grupales.
¿Cuáles son sus beneficios?.
El trabajo en grupo favorece el proceso de informar y orientar sobre la enfermedad, creando un espacio de reflexión, además de propiciar el establecimiento de un vínculo afectivo entre el paciente, su grupo familiar y los profesionales de la salud. El funcionamiento grupal tiene como ventaja: educar a un mayor número de pacientes en un tiempo reducido, potenciar las actitudes individuales y realizar un intercambio de experiencias y vivencias, a través del diálogo y compartiendo nuevas propuestas frente a los diversos problemas que plantea la enfermedad. El grupo funciona como soporte psicológico para afrontar las vicisitudes que el tratamiento demanda, promoviendo una mayor aceptación de la diabetes y una actitud de mayor aprovechamiento de los conocimientos fortalecidos por los demás integrantes que participan de los encuentros.
Fuente: Rev Diabetes.
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