viernes, 18 de octubre de 2013

El tabaco, uno de los peores enemigos de la diabetes.

Muchas personas creen que el tabaquismo no tiene relación alguna con la diabetes, sin embargo no es así. Fumar es malo para la salud, se tenga o no diabetes; sin embargo, hacerlo cuando se vive con esta condición, puede ser más peligroso todavía.

El tabaco produce muchos efectos perjudiciales para la salud, especialmente en las personas con diabetes. Para tener en cuenta el daño que produce basta con saber, por ejemplo, que con cada pitada que se da a un cigarrillo se eleva la presión arterial. Esto ocurre porque al entrar en el cuerpo el monóxido de carbono se constriñen las arterias, haciendo que el corazón, tenga que bombear más fuerte, para llevar la sangre a todo el cuerpo y, por ende, se eleva la presión arterial. Si esto ocurre con un solo cigarrillo, ¡imagínese lo que ocurre cuando se fuma uno tras otro!.

Con diabetes es peor.

Tener diabetes es por si mismo un riesgo para desarrollar enfermedades cardiacas o padecer un accidente cerebro vascular (ACV), pues la enfermedad ocasiona el bloqueo de las arterias. Además, interfiere con la regulación y los efectos de la insulina y aumenta los niveles de glucosa en la sangre. El diabético que fuma, aumenta sus probabilidades de desarrollar complicaciones comparado con el que no lo hace. Veamos los números:

* Tener 2 a 4 veces más riesgo de presentar un ataque cardiaco.
* Posee 2 a 12 veces más riesgo de presentar neuropatía diabética.
* Aumenta hasta un  40% el riego de desarrollar problemas renales.
* Hay un 50% más, el riesgo de presentar un ACV.
* Aumenta el riesgo de muerte prematura hasta 11 veces, comparando con el no fumador sin diabetes. El riesgo de muerte prematura está directamente relacionado con el tiempo durante el cual se ha fumado, pero mientras más pronto se deje el cigarrillo, menor riesgo correrá.
Fuente; Rev Diabetes.
Gráfico: deltadent.es

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