Con respecto a la diabetes, 72 personas, la desarrollaron durante la mediana edad, 142 en la vejez y 1192 no la padecían. En cuanto a la hipertensión, 449 personas la desarrollaron en la mediana edad, 488 en la vejez y 369 no la tenían.
En comparación con quienes no tuvieron diabetes, aquellos que la desarrollaron en la mediana edad, presentaron un promedio de 2,9 por ciento menos de volumen cerebral total; en la zona cerebral del hipocampo, el volumen fue 4 por ciento menor. Además, estas personas fueron doblemente proclives a presentar problemas con el pensamiento y la memoria.
Al comparar con las personas que no presentaron presión arterial alta, quienes la desarrollaron en la mediana edad, fueron doblemente proclives a tener áreas de daño cerebral.
"Las personas que desarrollaron diabetes, aunque haya sido en la vejez, fueron más proclives a presentar zonas de daño cerebral; la hipertensión, por el contrario, no produjo muchos efectos entre quienes la desarrollaron en la vejez", señala la Dra Roberts. "En general, los resultados plantean que los efectos de estas enfermedades, sobre el cerebro, demoran décadas en desarrollar y se manifiestan como daños cerebrales, capaces de conducir a la presencia de síntomas que afectan la memoria y otras capacidades del pensamiento. La diabetes en particular, conlleva efectos adversos, independientemente de la edad en la que se desarrolla".
El estudio se financió gracias al Instituto Nacional del Envejecimiento, al programa Robert H. y Clarice Smith y Abigail Van Buren para investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, el Proyecto Epidemiológico de Rochester, los Institutos Nacionales de Salud, la fundación Robert Wood Johnson y el fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Fuente: Vida y Salud
Gráfico: vidaysalud.com
En comparación con quienes no tuvieron diabetes, aquellos que la desarrollaron en la mediana edad, presentaron un promedio de 2,9 por ciento menos de volumen cerebral total; en la zona cerebral del hipocampo, el volumen fue 4 por ciento menor. Además, estas personas fueron doblemente proclives a presentar problemas con el pensamiento y la memoria.
Al comparar con las personas que no presentaron presión arterial alta, quienes la desarrollaron en la mediana edad, fueron doblemente proclives a tener áreas de daño cerebral.
"Las personas que desarrollaron diabetes, aunque haya sido en la vejez, fueron más proclives a presentar zonas de daño cerebral; la hipertensión, por el contrario, no produjo muchos efectos entre quienes la desarrollaron en la vejez", señala la Dra Roberts. "En general, los resultados plantean que los efectos de estas enfermedades, sobre el cerebro, demoran décadas en desarrollar y se manifiestan como daños cerebrales, capaces de conducir a la presencia de síntomas que afectan la memoria y otras capacidades del pensamiento. La diabetes en particular, conlleva efectos adversos, independientemente de la edad en la que se desarrolla".
El estudio se financió gracias al Instituto Nacional del Envejecimiento, al programa Robert H. y Clarice Smith y Abigail Van Buren para investigación sobre la enfermedad de Alzheimer, el Proyecto Epidemiológico de Rochester, los Institutos Nacionales de Salud, la fundación Robert Wood Johnson y el fondo Europeo de Desarrollo Regional.
Fuente: Vida y Salud
Gráfico: vidaysalud.com
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