La diabetes está asociada con complicaciones a largo plazo que afectan casi todas las partes del cuerpo. La enfermedad a menudo conduce a la ceguera, enfermedades del corazón y los vasos sanguíneos, insuficiencia renal, derrame cerebral, amputaciones y daños en los nervios. La diabetes no controlada puede complicar el embarazo y son más comunes los defectos de nacimiento en los bebés de las mujeres con diabetes. Las mujeres embarazadas pueden desarrollar temporalmente la diabetes gestacional, un tipo de diabetes que comienza hacia el final del embarazo. En 2007, se estima que, tan sólo en los Estados Unidos, 20,8 millones de niños y adultos, o el 7% de la población, tenían diabetes mellitus. Se estima que 14,6 millones habían sido diagnosticado con diabetes tipo 1 y tipo 2, mientras que 6,2 millones de personas (o casi un tercio) no sabían que tenían diabetes tipo 2.
El ajo es una hierba culinaria que se utiliza ampliamente para el tratamiento y la prevención de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Numerosos estudios clínicos controlados han examinado los efectos del ajo tomado por vía oral sobre los lípidos séricos. Los efectos a largo plazo sobre los lípidos o la morbilidad y mortalidad cardiovascular siguen siendo desconocidos. Otras preparaciones (por ejemplo, con un recubrimiento entérico o el ajo crudo) no han sido bien estudiadas.
Se han reportado pequeñas reducciones en la presión arterial (menos de 10 milímetros de mercurio), la inhibición de la agregación plaquetaria y la mejora de la actividad fibrinolítica, y es posible que el ajo ejerza efectos sobre los resultados cardiovasculares, aunque la evidencia es preliminar en estas áreas.
El ácido alfa lipoico (ALA) es otra terapia integral que ha sido estudiada para su uso en la diabetes, y es apoyado por evidencia científica fuerte para este propósito. Este compuesto se crea de forma natural en el cuerpo y puede proteger contra el daño celular en una variedad de condiciones. Las fuentes de alimentación ricos en ácido alfa lipoico incluyen la espinaca, el brócoli y la levadura. Según una encuesta de 685 herbolarios, el ácido alfa lipoico fue uno de los 10 suplementos dietéticos recomendados con mayor frecuencia debido a su eficacia en la redución de los niveles de azúcar en la sangre. El uso terapéutico del ácido alfa lipoico no está probado por la FDA (la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos) o por los organismos reguladores correspondientes en otros países.
Fuente: Vida y Salud.
Gráfico: laiveesvida.com
El ajo es una hierba culinaria que se utiliza ampliamente para el tratamiento y la prevención de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Numerosos estudios clínicos controlados han examinado los efectos del ajo tomado por vía oral sobre los lípidos séricos. Los efectos a largo plazo sobre los lípidos o la morbilidad y mortalidad cardiovascular siguen siendo desconocidos. Otras preparaciones (por ejemplo, con un recubrimiento entérico o el ajo crudo) no han sido bien estudiadas.
Se han reportado pequeñas reducciones en la presión arterial (menos de 10 milímetros de mercurio), la inhibición de la agregación plaquetaria y la mejora de la actividad fibrinolítica, y es posible que el ajo ejerza efectos sobre los resultados cardiovasculares, aunque la evidencia es preliminar en estas áreas.
El ácido alfa lipoico (ALA) es otra terapia integral que ha sido estudiada para su uso en la diabetes, y es apoyado por evidencia científica fuerte para este propósito. Este compuesto se crea de forma natural en el cuerpo y puede proteger contra el daño celular en una variedad de condiciones. Las fuentes de alimentación ricos en ácido alfa lipoico incluyen la espinaca, el brócoli y la levadura. Según una encuesta de 685 herbolarios, el ácido alfa lipoico fue uno de los 10 suplementos dietéticos recomendados con mayor frecuencia debido a su eficacia en la redución de los niveles de azúcar en la sangre. El uso terapéutico del ácido alfa lipoico no está probado por la FDA (la Administración de Alimentos y Fármacos de los Estados Unidos) o por los organismos reguladores correspondientes en otros países.
Fuente: Vida y Salud.
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