El estudio es el primero en demostrar una asociación entre la reducción de las horas de sueño y una mayor resistencia a la insulina en los adolescentes saludables, independientemente del factor obesidad, pero cabe destacar que no prueba un relación de causa y efecto entre ambos.
De cualquier forma, el aviso es pertinente y debes tomar cartas en el asunto. Lo primero es tratar de que tu hijo adolescente duerma las nueve horas que recomienda la Academia Americana de Medicina del Sueño. Además del peligro de desarrollar diabetes, la falta de sueño también puede:
- Aumentar el riesgo de que desarrolle enfermedades cardiacas.
- Puede contribuir a que su rendimiento escolar disminuya.
- A que tenga cambios de actitud y de estados de ánimo.
- Y hasta puede hacer que coman en exceso, complicando aún más las cosas con el aumento de peso.
La adolescencia de por sí es una etapa difícil y delicada, en la que debes tener mucha paciencia y cuidado al indicarle patrones de conducta a tu hijo sin causar peleas y actitudes de rebeldía. Pero aquí te damos algunas sugerencias para hacer que duerma las horas adecuadas.
Establece un horario. Ponle horas fijas para acostarse y levantarse, lo que ayuda a que el cuerpo se habitúe a un patrón de sueño. Es posible que el adolescente no le de importancia, pero debes llegar a un acuerdo, especialmente los días entre semana, para que tenga un mejor rendimiento en la escuela.
Crea un ambiente apropiado en la habitación. Debe estar a oscuras, sin ruidos y con temperatura agradable. Estas son las condiciones que mejor propician el sueño.
Evita que vea la televisión hasta muy tarde. Tampoco debe beber estimulantes con cafeína antes de irse a dormir.
Si practica un deporte o hace ejercicios, que lo haga con horas de anticipación a la hora de acostarse.
No le sirvas cenas demasiado abundantes, sobre todo cerca de la hora de ir a dormir.
Quizas te lleve un tiempo lograr que tu hijo adolescente duerma más y que siga un horario, pero es muy importante que todos pongan de su parte, a través del diálogo y la comunicacion y poco a poco, vayan logrando el objetivo. Así se sientan las bases de comportamientos positivos que a la larga protegen su salud y evitan que en el futuro sufran condiciones peligrosas como la diabetes.
Fuente: Vida y Salud.
De cualquier forma, el aviso es pertinente y debes tomar cartas en el asunto. Lo primero es tratar de que tu hijo adolescente duerma las nueve horas que recomienda la Academia Americana de Medicina del Sueño. Además del peligro de desarrollar diabetes, la falta de sueño también puede:
- Aumentar el riesgo de que desarrolle enfermedades cardiacas.
- Puede contribuir a que su rendimiento escolar disminuya.
- A que tenga cambios de actitud y de estados de ánimo.
- Y hasta puede hacer que coman en exceso, complicando aún más las cosas con el aumento de peso.
La adolescencia de por sí es una etapa difícil y delicada, en la que debes tener mucha paciencia y cuidado al indicarle patrones de conducta a tu hijo sin causar peleas y actitudes de rebeldía. Pero aquí te damos algunas sugerencias para hacer que duerma las horas adecuadas.
Establece un horario. Ponle horas fijas para acostarse y levantarse, lo que ayuda a que el cuerpo se habitúe a un patrón de sueño. Es posible que el adolescente no le de importancia, pero debes llegar a un acuerdo, especialmente los días entre semana, para que tenga un mejor rendimiento en la escuela.
Crea un ambiente apropiado en la habitación. Debe estar a oscuras, sin ruidos y con temperatura agradable. Estas son las condiciones que mejor propician el sueño.
Evita que vea la televisión hasta muy tarde. Tampoco debe beber estimulantes con cafeína antes de irse a dormir.
Si practica un deporte o hace ejercicios, que lo haga con horas de anticipación a la hora de acostarse.
No le sirvas cenas demasiado abundantes, sobre todo cerca de la hora de ir a dormir.
Quizas te lleve un tiempo lograr que tu hijo adolescente duerma más y que siga un horario, pero es muy importante que todos pongan de su parte, a través del diálogo y la comunicacion y poco a poco, vayan logrando el objetivo. Así se sientan las bases de comportamientos positivos que a la larga protegen su salud y evitan que en el futuro sufran condiciones peligrosas como la diabetes.
Fuente: Vida y Salud.
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