viernes, 22 de julio de 2011

Páncreas artificial

Los 25,8 millones de diabéticos de los Estados Unidos y millones más en el resto del mundo, pronto podrían liberarse de los pinchazos en los dedos y de las dosis diarias de insulina. Los endocrinólogos de Mayo clínic doctores Yogish kudva y Ananda Basu, se encuentran desarrollando un páncreas artificial que proveerá automáticamente la insulina con una precisión personalizada nunca antes lograda.

Los doctores Kudva y Basu presentarán los últimos descubrimientos sobre la manera como los movimientos mundanos cotidianos afectan el azúcar en la sangre. No se habían examinado los efectos de una actividad física de baja intensidad que imita las actividades de la vida cotidiana, midiéndoles con acelerones precisos sobre la variabilidad de la glucosa en la diabetes tipo 1, acota el doctor Kudva.

Entre los últimos hallazgos está el hecho de que hasta una cantidad mínima de actividad física después de las comidas repercute profundamente sobre los niveles de azúcar en sangre, entre quienes padecen diabetes tipo 1.

Los diabéticos que participaron en actividad física de bajo grado después de comer mostraban niveles de azúcar en sangre cercano al de las personas cuyo páncreas funciona el 100%. Sin embargo, quienes permanecieron sedentarios después de las comidas, presentaron niveles elevados de azúcar en sangre.

Los científicos planifican incorporar estos hallazgos en un páncreas artificial desarrollado en la Mayo Clinic. El sistema de circuito cerrado en desarrollo, incluye un monitor del azúcar sanguíneo, una bomba automática de insulina, un juego de monitores de actividades que se adhieren al cuerpo y una unidad de procesamiento central.

Los ensayos clínicos de los páncreas artificiales empezaran posiblemente en noviembre, con un puñado de voluntarios hospitalizados. Los particicpantes en los estudios seguirán dentro de la unidad de investigación Clínica Mayo una dieta estricta, así como regímenes de ejercicios y administración de insulina, el cual imita el proceso natural del organismo para controlar y responder a los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo.

La actividad física mejora la acción de la insulina, disminuyendo la concentración de glucosa en sangre, explica el doctor Kudva. La detección de la actividad física en tiempo real, junto con la muestra de su efecto sobre la dinámica de la glucosa, es fundamental para diseñar un sistema automático de entrega de insulina.
Fuente: Vida y salud

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