lunes, 22 de julio de 2013

Alcohol y diabetes (1ra parte).

Influencia sobre la glucosa.

Partiendo de la base de que el alcohol siempre hay que beberlo con mucha moderación, por los efectos nocivos que tiene sobre el organismo, hay que aclarar un poco más el efecto que puede producir en las personas que tienen diabetes.


Cada milímetro de alcohol, al ser metabolizado en el organismo, aporta 7 kcal x ml, o sea, que  al tomar uno o dos vasos, se está aportando una cuota extra de calorías.  Si se supera esta tasa de ingesta y, puesto que no se puede almacenar, el exceso de alcohol pasa a la sangre aumentando su concentración.

El hígado es el encargado de metabolizar el alcohol. Cuando una persona con diabetes tiene una bajada de glucosa o le están bajando los niveles, el hígado es el encargado de formar glucosa, proveniente de ese depósito de carbohidratos que tiene almacenado en forma de glucógeno.

Cuando el alcohol entra en sangre, se convierte en un tóxico que el hígado intenta eliminar y aclarar, de tal forma que cuando está metabolizando el alcohol deja de metabolizar glucosa por lo que una persona con diabetes puede tener una hipoglucemia severa. También varía el efecto del alcohol en el organismo, si éste contiene azúcar o jugos de frutas adicionales, si se toma o no con alimentos o si se consumen en forma crónica o excesiva. Además, el alcohol puede incrementar la acción de la insulina o de algunos medicamentos haciendo que baje demasiado la glucosa.

Algo importante que se debe tener en cuenta es que los signos que presenta una persona cuando está pasada en copas son muy parecidos a los de una hipoglucemia, o sea: mareos, sensación de desmayo o confusión, entre otros. Por eso, se debe estar atento ya que si una persona con diabetes esta bebiendo y tiene una hipoglucemia las personas que lo rodean pueden pensar que está ebrio y no darle el tratamiento adecuado para la hipoglucemia, lo cual puede poner en riesgo su saludo incluso, su vida.
Fuente: Rev Diabetes.

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