La aparición de la diabetes sitúa al sistema familiar ante una situación nueva e inesperada. Conlleva la carga emocional de una enfermedad que no se "cura": que precisa tratamiento de por vida; que exige cambios en los hábitos de vida, tanto en el sentido dietético como en el del ejercicio físico; con las complicaciones que pueden ir surgiendo, originando una incapacidad que sobrecarga aún más a las personas del ámbito más cercano.
Cuando se recibe el diagnóstico, cada familia procesa toda la información según sus propias creencias acerca de la enfermedad y las experiencias previas que posea acerca de la diabetes. Posteriormente ponen en marcha los recursos con los que cuenta (cohesión, capacidad de adaptación, de apoyo y de organización) , buscando en caso de ser necesario apoyo externo para conseguir un equilibrio que asegure un normal funcionamiento de la familia.
En muy pocas enfermedades está tan condicionado el éxito terapéutico a la actitud del paciente, al apoyo familiar y a la relación médico/paciente como en la diabetes. El impacto de la diabetes sobre el adulto y su familia depende de la fase del ciclo vital en la que se establezca el diagnóstico. En cualquiera de ellas, la respuesta del paciente frente a la diabetes se da de acuerdo a sus creencias y espectativas con respecto a la enfermedad crónica o, más aún, con la pérdida de la salud.
* Cuando la pareja no tiene hijos puede que aparezcan planteos acerca de la conveniencia de paternidad. A los padres les preocupa que sus hijos puedan "heredar" la diabetes. Si el paciente es mujer le preocupa el posible impacto sobre embarazo, su salud y la de su bebé.
* En el caso de la diabetes gestacional se plantea el impacto emocional que pueda provocar una enfermedad que entienden que es "provocada" por el embarazo y el miedo a sus posibles consecuencias.
* El diagnóstico de diabetes en un hijo se vive como un cataclismo. Se crea un clima de drama y abatimiento, de rechazo y agresividad; provoca en los padres reacciones emocionales intensas incluyendo ansiedad, depresión y culpa, que puede llevar a una importante disfunción familiar.
* La aparición de diabetes tipo 2 o de sus complicaciones es más común en la cuarta etapa del ciclo vital familiar y suele vivirse con más tranquilidad y madurez. Esta se inicia con la salida del primer hijo del hogar, cuando los cónyugues ya están alrededor de los 50 años.
Fuente: Rev Diabetes.
Cuando se recibe el diagnóstico, cada familia procesa toda la información según sus propias creencias acerca de la enfermedad y las experiencias previas que posea acerca de la diabetes. Posteriormente ponen en marcha los recursos con los que cuenta (cohesión, capacidad de adaptación, de apoyo y de organización) , buscando en caso de ser necesario apoyo externo para conseguir un equilibrio que asegure un normal funcionamiento de la familia.
En muy pocas enfermedades está tan condicionado el éxito terapéutico a la actitud del paciente, al apoyo familiar y a la relación médico/paciente como en la diabetes. El impacto de la diabetes sobre el adulto y su familia depende de la fase del ciclo vital en la que se establezca el diagnóstico. En cualquiera de ellas, la respuesta del paciente frente a la diabetes se da de acuerdo a sus creencias y espectativas con respecto a la enfermedad crónica o, más aún, con la pérdida de la salud.
* Cuando la pareja no tiene hijos puede que aparezcan planteos acerca de la conveniencia de paternidad. A los padres les preocupa que sus hijos puedan "heredar" la diabetes. Si el paciente es mujer le preocupa el posible impacto sobre embarazo, su salud y la de su bebé.
* En el caso de la diabetes gestacional se plantea el impacto emocional que pueda provocar una enfermedad que entienden que es "provocada" por el embarazo y el miedo a sus posibles consecuencias.
* El diagnóstico de diabetes en un hijo se vive como un cataclismo. Se crea un clima de drama y abatimiento, de rechazo y agresividad; provoca en los padres reacciones emocionales intensas incluyendo ansiedad, depresión y culpa, que puede llevar a una importante disfunción familiar.
* La aparición de diabetes tipo 2 o de sus complicaciones es más común en la cuarta etapa del ciclo vital familiar y suele vivirse con más tranquilidad y madurez. Esta se inicia con la salida del primer hijo del hogar, cuando los cónyugues ya están alrededor de los 50 años.
Fuente: Rev Diabetes.
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