Los trastornos del sueño pueden ser un indicador de que una persona tiene diabetes y también es común que algunos diabéticos tengan problemas relacionados con el sueño.
Los trastornos del sueño son una de las alteraciones más comunes en la sociedad occidental. Más de una tercera parte de la población mundial sufre de estos problemas, que incluyen dificultades para conciliar o mantener el sueño, roncar y dejar de respirar mientras se duerme (apneas), sacudir periódicamente las piernas, tener sonambulismo, pesadillas, etc.
¿Cómo influye esta situación en la vida cotidiana?. Muy mal: el buen descanso es fundamental porque no es posible tener un buen día después de una mala noche. Se debe proteger al sueño como se hace con otras necesidades básicas, como la alimentación, la hidratación, la respiración, etc.
Relación entre los trastornos del sueño y la diabetes.
Se calcula que del 38 al 45 por ciento de los pacientes con diabetes sufren trastornos del sueño. De hecho, la probabilidad de padecer diabetes, es dos veces mayor, en aquellas personas que habitualmente duermen menos de 6 horas. Es decir, padecer diabetes, predispone a tener trastornos del sueño, pero a su vez, dormir poco también predispone a sufrir diabetes. Está comprobado que, en personas jóvenes y previamente sanas, la restricción del sueño a 4 horas por día a lo largo de 6 días, es de por sí suficiente para reducir la curva de tolerancia a la glucosa y producir un estado hiperglucémico.
Esto se produce porque al dormir poco se elevan los niveles de cortisol y de hormonas del crecimiento y, de hecho, ambas hormonas antagonizan los efectos de la insulina. Además, las personas que duermen poco tienen niveles más elevados de substancias como TNF-Alpha, Interleuquina-6 y proteína C-reactiva, sustancias todas ellas que aumentan la resistencia a la insulina. Al dormir disminuye la secreción de leptina. Esta hormona, también llamada la hormona de la saciedad, favorece que las personas que duermen poco tengan propensión a la obesidad.
En suma, la falta de sueño aumenta la propensión a padecer diabetes. Asimismo, para las personas que ya padecen diabetes, dormir poco empeora el pronóstico de la enfermedad.
Fuente: Rev Diabetes.
Gráfico: globedia.com
Los trastornos del sueño son una de las alteraciones más comunes en la sociedad occidental. Más de una tercera parte de la población mundial sufre de estos problemas, que incluyen dificultades para conciliar o mantener el sueño, roncar y dejar de respirar mientras se duerme (apneas), sacudir periódicamente las piernas, tener sonambulismo, pesadillas, etc.
¿Cómo influye esta situación en la vida cotidiana?. Muy mal: el buen descanso es fundamental porque no es posible tener un buen día después de una mala noche. Se debe proteger al sueño como se hace con otras necesidades básicas, como la alimentación, la hidratación, la respiración, etc.
Relación entre los trastornos del sueño y la diabetes.
Se calcula que del 38 al 45 por ciento de los pacientes con diabetes sufren trastornos del sueño. De hecho, la probabilidad de padecer diabetes, es dos veces mayor, en aquellas personas que habitualmente duermen menos de 6 horas. Es decir, padecer diabetes, predispone a tener trastornos del sueño, pero a su vez, dormir poco también predispone a sufrir diabetes. Está comprobado que, en personas jóvenes y previamente sanas, la restricción del sueño a 4 horas por día a lo largo de 6 días, es de por sí suficiente para reducir la curva de tolerancia a la glucosa y producir un estado hiperglucémico.
Esto se produce porque al dormir poco se elevan los niveles de cortisol y de hormonas del crecimiento y, de hecho, ambas hormonas antagonizan los efectos de la insulina. Además, las personas que duermen poco tienen niveles más elevados de substancias como TNF-Alpha, Interleuquina-6 y proteína C-reactiva, sustancias todas ellas que aumentan la resistencia a la insulina. Al dormir disminuye la secreción de leptina. Esta hormona, también llamada la hormona de la saciedad, favorece que las personas que duermen poco tengan propensión a la obesidad.
En suma, la falta de sueño aumenta la propensión a padecer diabetes. Asimismo, para las personas que ya padecen diabetes, dormir poco empeora el pronóstico de la enfermedad.
Fuente: Rev Diabetes.
Gráfico: globedia.com
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