Evite las hiperglucemias persistentes. Si sufre de nefropatía diabética, limite el consumo de proteínas porque perjudican el mantenimiento de la función renal. Si se presenta disfunción renal o hipertensión arterial, limite el consumo de sal y alimentos con alto contenido de sodio. No fume.
La hiperglucemia crónica y sostenida provoca la glicosilación de algunas proteínas del riñón. Este comienza a filtrar con mayor dificultad y eventualmente se produce insuficiencia renal.
La hipertensión arterial puede ser un indicador de una afección renal y si no es tratada correctamente, ésta empeorará la disfunción de los riñones. La microalbuminuria es el resultado del pasaje de mayor cantidad de albúmina (proteína sanguínea) a la orina debido a lesiones en el riñón. Es fundamental un buen control metabólico para prevenir y tratar la nefropatía diabética. Esto se logra monitoreando su glucosa varias veces por día y realizando un estudio de hemoglobina glicosilada cada tres meses.
Mantenga los niveles de glucemia dentro de los niveles normales (70 a 110 mg/dl en ayunas). Conserve los valores de hemoglobina glicosilada menores a 7%. Debe realizarse un dosaje de microalbuminuria por lo menos una vez al año para lograr un diagnóstico precoz, y así poder enlentecer y detener la evolución de la nefropatía.
Máxima (sistólica) por debajo de 130 mm de mercurio. Mínima (diastólica) por debajo de 80 mm de mercurio.
Si el resultado da positivo, se deben realizar tres determinaciones para confirmar el diagnóstico.
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